viernes, 14 de junio de 2013

Capítulo 18-- Insensatos

--¿Pero qué hacéis, insensatos? ¿No veis que os vais a dañar?—grité yo en medio del ensayo --¿Que esto es una pelea estúpida?
--Vic, obviamente no comprendes, oh, querida, el por qué de nuestra pelea—gritaba el chico que hacía de Ángel, Josh.
--¡Dejad de hablar así! –gritó la tutora, que era la directora.
--Es que es muy divertido, profe –dijo Josh acercándose a mí y ayudándome a levantarme, ya que de la risa estaba tirada en el suelo.
--¡Me han manchado de pasta de dientes! –gritó Dea de repente entrando, con una mancha blanca en su camiseta azul.
--¿Quién, Dea? –dije yo separándome de Josh y bajando del escenario de un salto.
--Pues... Irene –mintió ella.
--Mientes. –dije y me giré hacia Josh –¡Miente!
--Sí, Issa, todos lo hemos notado. ¿Dea, quién te ha manchado?
Dea se sonrojó. Le había caído bien Josh una vez alejado de Dylan. Demasiado bien, le estaba empezando gustar.
--¡Da igual! –dijo ella con un ataque de risa floja --¿Dónde está Dylan?
--No lo sé.
--Estamos a una semana escasa del estreno y no viene nuestro James.
--Ya estoy –dijo Dylan entrando --¿Ensayamos?
--Ya es la hora. Largo. Fus. Fus.
--¿Y para qué vengo?
--¡Culpa tuya por llegar tarde! –dijo Josh.
Bajó del escenario y tiró a Dylan al suelo mientras se pegaban.
--¡Yo quiero! –gritó Dea acercándose y pateando a Dylan.
--Dea, morirás.
Dylan le persiguió hasta que le puse la zancadilla y se cayó.
--¡Bajad las cosas del escenario Josh y tú! Castigados por pegaros –dije yo obligándoles a subir.
--Mala –dijo Josh bajando por las escaleras con una mesa.
Dylan y él bajaron por las escaleras con una mesa bastante grande. Josh bajó las escaleras de espaldas y tropezó, torciéndose el tobillo y haciendo que la mesa se le cayese encima.
--¡Josh! –gritó Dea corriendo a su lado.
Él se intentó levantar pero se volvió a caer en seguida.
--Creo que tiene un esguince –dijo Dea mirándole.
--¡Dylan, haz algo útil y llama a la profesora, que ha huido!
--¡Mala pécora! –gritó él saliendo por la puerta.
--¿Y ahora quién será nuestro Ángel?—dije dándome cabezazos contra el telón.
--¡Yo sé quién! –gritó Dea –No podrá venir a los ensayos y le tengo que convencer, pero será nuestro Ángel.
--¿Segura? Estamos a tiempo de travestirte.
--Definitivamente será nuestro Ángel –dijo ella, horrorizada.
--¿Cómo se llama? –pregunté yo.
--No sé… es un amigo de un amigo… --dijo ella mirando a otro lado.
--¡Josh, está mintiendo! –dijimos Josh y yo a la vez.
 
 
Una semana después iba vestida con una falda azul, una camisa blanca y una diadema azul, con medias blancas y zapatos azules, caminando entre los bastidores buscando a Dea como una loca.
--¡Dea! –grité cuando la vi-- ¿Dónde está tu amigo? Dime que está aquí.
--Ay, que mona vienes, Alissa, digo Vic, ¿quién era la encargada del vestuario?
--Irene, la que te manchó de pasta de dientes –dije haciendo comillas con los dedos.
--Ah, vale. Sí, mi amigo está por aquí. ¡Pero sal ahí, boba, que esto empieza! Esto empieza con tu monólogo, ahora le saco.
--¡Voy! –grité corriendo hacia el escenario.
 Me puse en el centro del escenario y abrieron el telón. Un foco de luz me apuntó y yo sonreí nerviosa. El chico del foco, que era Josh con el pie vendado, me puso un pulgar hacia arriba poniendo la mano encima de la luz. Sonreí y rebusqué en mi memoria el comienzo.
--¡Oh, Dios mío! –dije teatralmente moviéndome por el escenario—El chico nuevo del instituto, James, me ha ofrecido que salga con él y me ha dicho que sino salgo con él hará que expulsen a mi actual novio, Ángel. ¿Qué puedo hacer? Será  mejor que rompa con Ángel, no quiero que le pase nada… ¡Oh, aquí viene!
El chico que hacía de Ángel entró despreocupadamente y le vi. Ojos azules y pelo oscuro, sonrisa despreocupada. Su pelo estaba muy corto, lo que significaba que le había crecido hacía poco. Lucas.

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