domingo, 21 de abril de 2013

Capítulo 11--Por el poder de la croqueta



En cuanto sonó la campana recogí la libreta, los libros y el estuche y salí corriendo por la puerta. ¡Ese día nos daban las vacaciones y operaban a Lucas! Habían pasado unos meses desde que Dylan me prometiese venganza --efectivamente, me había intentado tirar un globo de agua, el cual cogí, metí entre la camiseta y la espalda y exploté con la mano--. El curso había pasado rápido, demasiado rápido, temía por Lucas. Miré la hora. Le operaban a las dos y media, y ya era la una. Salí del instituto corriendo y fui hasta casa, cogí mi teléfono y le llamé.
--¿Sí? 
--Lucas... --suspiré. 
--¿Qué pasa? --dijo él. 
--Pensaba que no llegaba a hablar contigo antes de que fueses a prepararte para la operación.
--Llegar llegas, pero no tengo mucho tiempo...--suspiró.
--Bueno... Cualquier rato que hable contigo será bueno.
--Oh, me halagas --rió.
--¿Qué tal estás? ¿Estás preocupado?
--Sí --dijo--. No sé si volveré o si...
--Volverás. 
--No lo sabes, Alissa. Solo sabes que me van a operar.
--Y que te recuperarás por el poder de la croqueta de peluche.
--La croqueta de peluche no ayuda, pero gracias. Alissa, tengo más posibilidades de morir que de vivir, pero no debe afectarte si me pasa algo. Ya has estado varios meses sin mí, no te preocupes, sigue con tu vida.
--Lucas...
--No, Lucas no --me interrumpió--. Si me pasa algo, tengo algo para ti. No llores, no te preocupes, ¿vale? Si sobrevivo, te llamaré yo. Sino, mi madre, lo hemos hablado...--suspiro-- Alissa, sabes que yo quiero sobrevivir y volver contigo y pegarte con el peluche. Pero no sé si...
--¡Lucas, vas a sobrevivir! Por ti, por Dea... Por mí... No te vas a morir, no puedes. Sé que me llamarás tú, lo sé. Lucas, no te morirás, es una operación, una vez de pequeño te caíste de la cuna y sigues vivo.
--¡No me caí de la cuna, Alissa! 
--Era una buena ocasión para insultarte, pero es broma. Ahora en serio, has soportado mucho en tu vida y ahora no te vas a morir por una estúpida enfermedad.
--Sí me puedo morir, Alissa. Solo te pido que no estés triste, sabes que me pueden pasar muchas cosas, pero te quiero, ¿vale? Si me muero te querré desde el cielo. Y si sigo vivo te querré desde aquí pero siempre te querré. Y eso lo tengo claro desde hace años. Pero si me pasa algo, rehaz tu vida y olvídate de mí. No me necesitas.
--No puedo rehacer mi vida sin ti porque eres toda mi vida, porque eres lo que necesito para respirar, Lucas.  Te quiero más que a nada, y ya sé que es cursi. Pero sin ti nada es lo mismo, por eso solo quiero que sobrevivas, que vuelvas conmigo, que te quedes junto a mi.
--Siempre estaré junto a ti, Alissa. Solo que puede que no me veas, o no me sientas. Si me pasa algo acuérdate de mí, de las veces que te pegaba y hacía cosquillas en el suelo de tu sótano, que te tiraba al suelo cuando hacías una voltereta, de cuando a los trece años nos sentábamos juntos en el banco roto y apartado del instituto y nos rozábamos los dedos de la mano, de las veces que nos hemos besado y de como era antes del cáncer. Recuérdame así porque es como soy yo, como seré si vuelvo. 
--Volverás, Lucas. Volverás como que te pasaste llamándome Alessia la mitad del primer curso que estuvimos juntos, porque si no vuelves no podré vivir, Lucas. No podré.
--Si podrás, Alissa. Me tengo que ir ya... --suspiró-- Te amo más que a mi vida --colgó.
Estaba llorando. Lucas no, mi Lucas no. Iba a sobrevivir, yo lo sabía.

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